En este post hablaremos de como la humanidad cada vez ha vivido mejor y mejor, sobre todo desde la revolución industrial, chispa que hizo despegar el progreso y dejar atrás milenios de subsistencia para traer una era de crecimiento sostenido, consiguiendo que hoy en día seamos más ricos que nunca.

Según la teoría económica, el bienestar (utilidad o felicidad) se mide por el consumo. Por lo tanto, cuanto más puede consumir un individuo, mayor será su bienestar.

Veremos cómo el bienestar de la humanidad ha crecido de forma exponencial en los últimos 250 años como consecuencia del progreso técnico, que ha transformado las relaciones de producción y ha permitido a los humanos disfrutar cada vez de más variedad y cantidad de bienes y servicios, creando estilos de vida en la mayoría de las personas que serían una auténtica utopía para los más ricos y poderosos de siglos atrás. La tecnología jugó un papel fundamental en el progreso de la historia de la humanidad desde la revolución industrial, creando un mundo conectado y cada vez más pequeño. Por ejemplo, en el siglo XVIII, la situación de las minas de carbón y acero determinó la situación de los altos hornos, pero gracias a la tecnología se erradicó el sesgo geográfico. Hoy en día Japón y Corea importan su carbón y su acero de Australia y Brasil debido a que importarlos es más barato que producirlo ellos mismos gracias a los bajos costes. [i]

Otro factor clave y relacionado con el progreso tecnológico es el incremento de la productividad, que ha provocado una profunda transformación laboral y social que ha derivado en un radical cambio en la vida de los humanos, haciendo que seamos más ricos que nunca. Comencemos.

 

Más y más ricos.

¿Sabe alguien quién es el hombre más rico de la historia de la Humanidad? Ni Bill Gates, ni Amancio Ortega, ni Carlos Slim ni nadie que conozcan. Su nombre es: Mansa Musa, emperador del Imperio de Mali en el siglo XIV.

Nacido en el Imperio de Mali en 1280, el “Rey de reyes” poseía una fortuna estimada (ajustada a la inflación) de 400.000.000.000 dólares[ii]. Su fortuna era igual a la suma de los patrimonios de las 8 personas más ricas de nuestro mundo.[iii]

Su peregrinación a La Meca supuso 6.000 kilómetros y  un año entero de viaje, con 60.000 hombres y 12.000 mujeres acompañándole (esclavos, soldados y civiles). Su mero paso por El Cairo provocó una inestabilidad económica nunca vivida en la ciudad: gastó y regaló tanto dinero que provocó un proceso inflacionario que duraría varios años. Tal era su fortuna que se dice que durante este viaje construyó una mezquita cada viernes allí por donde pasaba.

Anécdotas a parte, no he venido a hablar de la fortuna y grandeza del “Rey de reyes”, solo a contar que, por increíble que parezca, somos más ricos que Mansa Musa[iv], el hombre más rico de la historia de la Humanidad.

Ninguno de nosotros tiene 400 mil millones de dólares, entonces, ¿cómo es eso posible? Muy sencillo.

Recapitulemos. Hemos hablado del viaje de Mansa Musa a La Meca: un año de travesía. A día de hoy, ese mismo viaje no son más de 8 horas en avión, lo que supone 1.000 veces menos tiempo. Seguro que el “Rey de reyes” podía tener cuanto pudiera desear, pero, ¿y si le apetecía comida de otra zona del mundo? El transporte de alimentos sería un proceso largo y habría productos que perecerían en el camino. Hoy en día, Just eat nos trae a casa comida de cualquier lugar del mundo que deseemos en menos de una hora. Si Mansa Musa quería comunicarse con algún familiar que estuviera lejos de él, debía mandar un mensajero y esperar varios días a que volviera con la respuesta, eso en el mejor de los casos. A día de hoy, más de la mitad de la población mundial tiene acceso a internet[v], y eso implica que instantáneamente podemos comunicarnos con cualquier persona que esté en la otra punta del mundo. Él vivió tan solo 57 años. En España la esperanza vida hoy día es superior a los 80[vi]. Por no hablar del agua corriente, la calefacción, la luz, los coches… cosas básicas en occidente que serían una utopía inimaginable para el “Rey de reyes”.

Algo tiene que quedar claro: la riqueza no se mide por el dinero, si no por el consumo. Más bien, por lo que se puede consumir. Da igual todo el dinero que Bill Gates pueda tener. En una isla desierta, nosotros seríamos mucho más ricos que él con una caja de cerillas y agua potable que él con todos sus millones apilados en fajos. De lo único de lo que le podían servir seria para prenderlos en una hoguera.

El progreso de la humanidad ha conseguido que los más pobres de hoy en día sean más ricos que los más ricos de siglos pasados, aunque ellos tuvieran más dinero.

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Gráfico 1: evolución del PIB per cápita desde el año 1 para UK y el mundo.

 

Como se puede ver en el gráfico 1, si hay una palabra que puede definir la historia del progreso de la humanidad es: exponencial.  El PIB per cápita (cociente entre el valor de todo lo que se produce en un país dividido entre el número de personas, grosso modo es lo que produce cada habitante de media)  del Reino Unido solo creció un 54% del año 1 al 1650, se multiplicó por dos ( creció un 100%) en los 125 años siguientes y después se multiplicó por 12 en menos de 250 años. Lo mismo ocurre en el mundo. El PIB per cápita mundial paso de 1.230$ en 1820 a 3.636$ en 1950, para multiplicarse por 4 en los 65 años siguientes.

Una mecha estalló en el siglo XIX que ha elevado a la humanidad a vivir en una situación en la que siglos atrás era inimaginable. Y no paramos de crecer.

 

Se consume lo que se produce, ni más ni menos.

Hasta ahora, es PIB per cápita es una buena magnitud para demostrar lo que digo: no se puede consumir más de lo que se produce. Por lo tanto, cuanto más puede producir una persona, más puede consumir. La clave de este progreso reside en la productividad.

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Gráfico 2: evolución del productividad en el Reino Unido de 1950 a 2014.

 

El output (lo producido) por hora trabajada se ha multiplicado por 5 en los últimos 64 años en el Reino Unido. Debido al progreso técnico, los trabajadores producen 5 veces más que hace 64 años, y lo que es mejor, pueden consumir más.

Y no solo más, si no más y mejor. Cada vez es mayor la variedad de artículos que podemos producir y consumir. Si hace 15 años tener un móvil que incorporara una cámara de fotos era privilegio de unos pocos, hoy la mayoría podemos tener un smarthphone que nos da acceso de forma rápida y gratuita a toda la información de la que queramos disponer, que hace fotografías mejor que cualquier cámara y nos permite comunicarnos de forma instantánea con cualquier lugar del globo.

 

Para concluir.

El progreso ha conseguido que los más pobres de hoy en día sean más ricos que los más ricos de siglos atrás.

Pero, ¿y ahora qué? La revolución industrial supuso que millones de trabajadores fueran sustituidos por máquinas, pero supuso el fin de la subsistencia y una era de crecimiento hasta entonces nunca vivida.

Hoy en día, la tecnología ha conseguido cosas que jamás hubiéramos podido imaginar: webs que nos planean viajes de forma mucho más barata que las agencias, programas informáticos que pueden redactar noticias de forma automática[vii] , coches capaces de circular sin conductor, supermercados con cajas automáticas que no necesitan empleados…

¿Qué pasará entonces con los taxistas, los autobuseros, los cajeros, los agentes de viajes y con los empleados en trabajos que van a desaparecer?

Muchos economistas creen que el número de trabajos no es finito y que surgirán otros, el problema para ellos solo está en que estos cambios producen shocks temporales. Pero quizá se equivoquen.

¿Habrá trabajo para todos?, ¿surgirá una renta básica universal?, ¿pagarán impuestos los robots?

Nos enfrentamos a uno de los mayores retos de nuestra historia. Ante la creciente robotización o Cuarta Revolución Industrial[viii], la gestión que hagamos del progreso puede conseguir que de nuevo, alcancemos la utopía y continuemos siendo más y más ricos; o por el contrario, que el progreso favorezca a unos pocos y la brecha entre ricos y pobres sea cada mayor.

 

 

Referencias bibliográficas.

[i] ALLEN, Robert C., ”Historia económica mundial: una breve introducción”.

[ii]  http://forbes.es/emprendedores/8486/asi-fue-mansa-musa-la-persona-mas-rica-de-todos-los-tiempos/

[iii]  https://www.elblogsalmon.com/indicadores-y-estadisticas/los-problemas-en-definir-y-medir-la-pobreza

[iv]  SALA I MARTIN, Xavier., “Economía en colores”

[v] https://marketing4ecommerce.net/usuarios-de-internet-mundo-2017/

[vi] Fuente: Instituto nacional de estadística.

[vii] El Quake-bot fue desarrollado por un programador de Los Ángeles Times, un programa que, por ejemplo,  informó de forma automática de un seísmo en Los Angeles en 2014.

[viii] Interesante artículo del blog “nadaesgratis” que plantea un tema del que cada vez oiremos hablar más y más : http://nadaesgratis.es/j-ignacio-conde-ruiz/carlos-ocana-orbis-cuarta-revolucion-digital-y-renta-minima , también, puedes leer mi artículo sobre el impuesto negativo sobre la renta aquí.

9 comentarios en “¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?: Más ricos que nunca.

  1. La economía está muy bien, pero entendiéndola en algo y prefiriendo lo filosófico te diré que esa riqueza y ese progreso que nos ha llevado hasta donde estamos, ha hecho al hombre más pobre en valores, más falto de sentimientos y carencia de empatía con aquellos que por las circunstancias no han podido llegar hasta donde él está. La persona como ser humano está degradada… ¿De qué sirve pues tanto avance, tanta riqueza y tanto progreso? Un blog excelentemente elaborado y propio de un economista. Gracias y un saludo de miércoles.

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    1. Créeme , tienes toda la razón. Algunos también nos preocupamos por la decadencia moral de la humanidad, aunque tampoco se lo suficiente del tema como para hablar de ello con criterio, por eso no lo hago. Aunque no te falta razón.
      Muchas gracias por tu comentario.

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